Debajo de la Mina, y a la altura de la carretera que lleva a Noviercas, nace el abundante “venero” o Fuente Bomitrosa o Gomitrosa, orientada hacia la cuenca del Ebro. En ese manantial está la cabecera más lejana del “bicéfalo” río Cailes.
El hito más importante en el paisaje olvegueño es el Moncayo, que domina todo el término municipal con sus formas onduladas de elevada altitud. Destaca aún más en invierno, cubierto por la nieve que resalta sobre el azul del cielo y los colores marrones y grises de la tierra.
Si iniciamos un breve descenso nos encontramos con la Sierra del Madero, cadena de sierras y montañas que enmarcan en redondo la llanura de Ólvega, tanto por sus formas de serrucho como por su color verde oscuro, que destaca sobre el azul del cielo y los colores marrones y grises de la tierra.
Si iniciamos un breve descenso nos encontramos con la Sierra del Madero, cadena de sierras y montañas que enmarcan en redondo la llanura de Ólvega, tanto por su sus formas de serrucho como por su color verde oscuro, que destaca sobre el cielo y los campos marrones. Este verdor viene de los robledales y encinares que cubren casi por completo las laderas.
La llanura tiene colores más claros: verdes en la primavera, amarillos en verano, cuando los cultivos ya están preparados para la cosecha, y marrones en otoño e invierno.
Y cómo no, La Mina, un gran bocado sobre la montaña, cuyo color rojo resalta sobre el verde de los robles. Ya está en marcha su restauración paisajística, cubriendo desmontes y laderas con vegetación aunque la pared inferior se conservará tal y como está, permaneciendo como recuerdo de lo que un día fue.
Además de la percepción visual, que sin duda es la de mayor impacto, juegan también un papel importante el resto de los sentidos, por lo que es recomendable, a la vez que se disfruta del paisaje visual, probar frutas silvestres que nos vamos encontrando en el camino, escuchar el susurro del viento entre la hojas de los chopos, el murmullo de las aguas de un pequeño arroyo, sentir el calor o frescor de día, así como los vientos helados. Podemos percibir además cómo son las hojas de las plantas. –rugosas algunas, suaves y blandas otras-, situadas generalmente en umbría.
Todos los sentidos son importantes para encontrarnos a gusto en el paisaje que nos circunda, aunque cada uno al recorrer el entorno olvegueño tendrá sensaciones diferentes, pues sobre gustos no hay nada escrito.