La ermita de San Bartolomé

 

Ubicación

 

La ermita de San Bartolomé está situada en el valle de Araviana, donde la cartografía militar señala “Los corrales del Santo”. Aquí existió un pequeño poblado llamado Culdegallinas, cuyo nombre figura históricamente en el siglo XIII.

 

Para llegar allí desde Ólvega cogeremos la carretera CL-101, dirección a Noviercas. Tras unos kilómetros, y después de subir el puerto de la Carrasca, a la izquierda encontraremos -tras un stop- el desvío a la SO-P-2106, carretera que lleva a Cueva de Ágreda y Beratón. Tras coger esta carretera recorreremos un tramo de un kilómetro aproximadamente para encontrar el camino, a mano izquierda, que nos lleva hasta la ermita.

 

Estilo, datación y características principales

 

Esta humilde iglesia es de construcción pobre y predomina la mampostería. La sobria portada de la entrada -anterior a la nave y adosada a ella- pertenece al románico rural y es del siglo XII. Su arquivolta la forman tres austeros arcos concéntricos de medio punto y sus jambas son lisas, sin columnas. Precisamente su valor principal está en su primitivismo.

 

En el ábside encontramos otro estilo. La forma apuntada de su bóveda nos habla ya del paso al gótico del siglo XIII. Sujeta esa bóveda un gran arco perpiaño apuntado sobre pilastras. La cabecera es plana, con un retablito moderno y la imagen del santo titular, San Bartolomé, es también moderna.

 

Historia y otras curiosidades

 

En la parte trasera existieron pequeños hornos de fundición de hierro, probablemente medievales, en los que se ven todavía algunas escorias.

 

Asimismo, debió de pasar por aquí una acequia que llevaba agua al molino de Almagre de Ólvega, haciendo el trasvase de una cuenca a otra.

La gente mayor de Ólvega evoca con nostalgia aquellas festivas romerías a San Bartolomé y las Letanías Mayores del martes anterior a la Ascensión del Señor, de impetración de bendiciones para los campos. En la actualidad, se celebra la romería el domingo de la Santísima Trinidad.

 

El Valle de Araviana, donde está ubicada esta ermita, se menciona en la Leyenda de los Siete Infantes de Lara. Cuenta la leyenda que en este valle fue la emboscada a la que acudieron  engañados los siete infantes y que acabó trágicamente con sus vidas. Esta ermita está incluida en el recorrido de la Ruta de los Siete Infantes.

 

La familia Escribano Calvo es la que tradicionalmente cuida la ermita.


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